- Casi un centenar de adultos mayores de El Tabo y El Quisco aprendieron de geometría y ecología de los arrecifes chilenos, dando vida mediante tejido a crochet a organismos que habitan bajo 30 metros de profundidad. “Tramares, tejiendo arrecifes” es una iniciativa organizada por el Centro ANID, Núcleo Milenio NUTME y la Facultad de Matemáticas, con el apoyo de la Dirección de Investigación.
Aunque quizás lo pasemos por alto en nuestro día a día, la matemática está en todas partes. Y el mundo submarino de las costas chilenas no es la excepción. Bajo esa premisa, la Facultad de Matemáticas, junto a Núcleo Milenio NUTME y la Dirección de Investigación de la Vicerrectoría de la Investigación, realizaron el proyecto “Tramares, tejiendo arrecifes”, que reunió a 92 tejedoras de las comunas del El Tabo y El Quisco, en la Región de Valparaíso.
Fueron ocho sesiones en total, entre marzo y abril, en las que 92 personas aprendieron sobre matemática, ecología marina y, por supuesto, tejido a crochet. ¿La locación? La Estación Costera de Investigaciones Marinas, ECIM UC, en Las Cruces -localidad de la misma región-, donde funciona el Núcleo Milenio NUTME.
El proyecto, que se enmarca en la celebración de los 40 años de ECIM, forma parte de la iniciativa #Cientifica2023, de Investigación UC, y contó con el apoyo de los municipios de El Quisco y El Tabo, y de la marca de lanas Costuritas.
Las sesiones de “Tramares, tejiendo arrecifes” comenzaron con la charla “Geometría en el mundo submarino”, a cargo de la académica de la Facultad de Matemáticas Constanza del Campo. La profesora explica parte de lo que expuso esos días: “Algunos corales se forman a través de la clonación de individuos que se van agregando para crear colonias, y es justamente allí donde la geometría está presente. La superficie que esos organismos forman son las denominadas ‘hiperbólicas’. Éstas, en comparación con otras, abarcan mayor área en un determinado radio. Es como que los clones se hubieran preguntado: ¿cómo nos podemos ir pegando para estar lo más juntos posible, pero a la vez captemos mayor área?”, explica.
En ese sentido, agrega que las personas que participaron de los talleres, lograron hacer un cambio de paradigma sobre lo que acababan de escuchar. “Mientras tejían comentaban: ‘esta es una superficie esférica, ya que se va cerrando’, o ‘esta es una hiperbólica, ya que al aumentarles puntos crece descontroladamente’. Creo que entendieron que estaban haciendo matemáticas, aun cuando no estaban haciendo grandes cálculos con fórmulas”.
Los módulos prácticos de las jornadas fueron dirigidos por la tejedora Sandra Cerda, quien creó y luego enseñó los patrones de las especies que habitan los mares de Chile. “Para cada modelo se escogió lanas similares en colores y texturas a las especies de los arrecifes mesofóticos de nuestro país”, detalla Mariana Milos, gestora cultural de Matemáticas UC y artista visual.
Los arrecifes mesofóticos son ecosistemas rocosos que, por lo general, en Chile se encuentran debajo de los 30 metros de profundidad. Por la dificultad que conlleva explorarlos son lugares muy desconocidos. A pesar que la luz es escasa, allí habitan animales de muchas formas, tamaños y colores, como corales de agua fría, esponjas, crustáceos, peces y estrellas, entre otros.
“Mi experiencia como profesora fue maravillosa”, comenta Sandra. “Compartir mi pasión por el tejido y observar cómo aprendían los patrones que creé, fue muy gratificante. Considero que enseñar a tejer no solo es transmitir conocimientos técnicos, sino también momentos de creatividad y relajación. Este gran taller nos permitió a cada una de las tejedoras conocer un mundo marino lleno de vida”.
Parte esencial del proyecto comienza una vez finalizados los talleres: las piezas tejidas en este ciclo formarán una gran obra colaborativa, que será expuesta a la comunidad a mediados de año y permitirá dar a conocer la riqueza de la fauna marina que habita en nuestros arrecifes.
Miriam Fernández, investigadora principal del Núcleo Milenio NUTME -quién también participó tejiendo en los talleres-, explica la relevancia de llevar adelante iniciativas como éstas. “Pone en evidencia las virtudes de la colaboración interfacultades, otorgándoles un rol participativo a personas mayores en la divulgación de la ciencia. Esto, a partir de un trabajo lleno de belleza que será exhibido en un gran arrecife, ampliando la comunicación de la diversidad marina, y maravillando a niñas, niños y personas adultas”.
Fuente: NUTME