A través de medidas que incluyen reuniones periódicas con quienes evalúan, para compartir buenas prácticas y aunar criterios, junto con la evaluación ciega de la calidad de la propuesta para el Concurso de Iniciación, ANID busca promover la equidad de género y la transparencia de sus convocatorias.

En Chile, tan solo un tercio de los doctorados ocupados corresponden a mujeres, mientras que el 83% de los centros de excelencia, están liderados por hombres. Con el objetivo de abordar esta realidad -y luego que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación lanzara la Hoja de Ruta para la elaboración de la Política de Género en CyT- la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, implementó una serie de modificaciones en el Concurso Fondecyt de Iniciación 2020.
Desde esta versión, se incorporará la evaluación ciega de los proyectos y, en el caso de generarse puntajes similares, la norma de desempate favorecerá al género menos representado, en cada una de las disciplinas consideradas. Junto con esto, se mantienen las definiciones respecto de pre y post natal, así como la extensión del período de productividad, tanto para quienes tuvieron hijos en el período, como para personas con discapacidad.
Al respecto, la académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, e integrante del Grupo de Evaluación de Lingüística, Literatura y Filología, Andrea Kottow, explica que “en los espacios de generación de conocimiento científico, al igual que en la sociedad y la cultura, todo tipo de desigualdades se van reproduciendo. En ese sentido, las medidas con las que la Agencia busca abordar la brecha de género en nuestros sistemas de evaluación, son muy bienvenidas”.
Además, en el contexto de la implementación de la nueva orgánica de la institución, que incluye la creación de la Subdirección de Proyectos de Investigación -la cual, a su vez, contiene a Fondecyt-, se están realizando reuniones periódicas entre quienes integran los Grupos de Evaluación (que reemplazan a los Grupos de Estudio). Esto, con el objetivo de recoger sus impresiones, así como de compartir buenas prácticas, aunar criterios y generar instancias constantes de retroalimentación entre evaluadores y Agencia.

“En este concurso Fondecyt de Iniciación 2020, nos pusimos el desafío de incorporar varios de los principios que nos permitirán ser una agencia flexible y amable. Junto con hacernos cargo de la equidad de género, y de la discapacidad, buscamos la transparencia de nuestros procesos, a través de la publicación de una guía que describe el sistema de evaluación completo, en cada una de sus etapas, incluyendo los roles de quienes participan y cuáles son sus funciones”, explicó la directora nacional de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, Aisén Etcheverry.
Dentro de ese marco, se incluye el proceso de selección de los integrantes de los Grupos de Evaluación, lo que implica transparentar las tres fuentes de quiénes recomendaron a estos profesionales: en este caso, será a través del Portal del Investigador, de la base de datos del programa y recomendaciones del Grupo de Evaluación. El nuevo mecanismo considera la presentación de una terna -por parte de cada Grupo de Evaluación a la Subdirección de Proyectos de Investigación-, que luego será propuesta a la Dirección Nacional de la Agencia, la que dirimirá quienes lo integran.
“Considerando que Fondecyt es una las principales fuentes de financiamiento de la investigación en Chile –y que cada adjudicación es un momento muy esperado por la comunidad científica- estas medidas de transparencia contribuyen a que, tanto el sistema como los proyectos, gocen de legitimidad. Esta es una dimensión muy importante, más aún cuando estamos hablando de recursos públicos”, comentó Walter Imilan, académico de la Universidad Central, quien dirige el Grupo de Evaluación de Geografía y Estudios Urbanos.
Por otra parte, con el objetivo de potenciar la gestión de Fondecyt, se suma la incorporación de coordinadores o coordinadoras científicas, para cada Comité de Evaluación, quienes mejorarán el contacto entre estos y la estructura administrativa, además de preocuparse de los aspectos éticos de cada proyecto.
Finalmente, esta nueva orgánica implicó un reordenamiento de las áreas disciplinarias, que quedaron conformadas así: Ciencias Sociales, Artes y Humanidades; Ciencias Naturales y de la Vida; Ciencias Exactas e Ingenierías; además de Transdisciplina, que nace para responder a la necesidad de aquellos proyectos que abarcan múltiples líneas de investigación.