miércoles 11 de mayo de 2022
- Científicos y científicas del Centro ANID Instituto Milenio SECOS y la Universidad de Concepción, están realizando un análisis histórico de los eventos de varazones durante los últimos 20 años y su relación con eventos climáticos naturales y antrópicos. Análisis demuestran que varazones se han incrementado de forma exponencial desde el año 2006 a la fecha, siendo las comunas de Coronel, Tomé y Arauco, donde han sido más recurrentes. Implementación de un sistema de observación les permitirá establecer causas de estos fenómenos en áreas de manejo y zonas de acuicultura.
Las varazones de organismos marinos en zonas costeras, son fenómenos que han llegado a ser muy frecuentes a lo largo de la historia, y a los que se les ha atribuido causas tanto naturales como antropogénicas, como, por ejemplo, la contaminación marina.
Sin embargo, estos fenómenos pueden estar asociados a muchos factores naturales, como la presencia de microalgas nocivas, enfermedades por virus o bacterias, desorientación natural de los animales que se mueven hacia la costa, o los eventos de surgencia o afloramiento, donde aguas frías de mayor grado de acidez (bajo pH), con poco oxígeno y muchos nutrientes, emergen desde aguas más profundas hacia la superficie.
Una parte importante de estos eventos de varazones masivas de organismos marinos, como crustáceos, peces o moluscos, han sido justamente asociados a la presencia de estas aguas de bajo pH y oxígeno. Sin embargo, no existen análisis científicos rigurosos que permitan establecer la relación causa-efecto entre ambos procesos.
Un equipo de científicos/as de las universidades de Concepción, del Biobío y del Instituto Milenio de Socio-ecología Costera (SECOS), están realizando diferentes estudios que apuntan a generar información científica de calidad para explicar estos fenómenos. Una de estas investigaciones, ha sido parte del trabajo de tesis de Sebastián Sepúlveda, estudiante de la carrera de Ingeniería Ambiental de la UdeC.
El estudio, demostró que estas varazones se han incrementado de forma exponencial desde el año 2006 a la fecha, siendo las comunas de Coronel, Tomé y Arauco, aquellas donde el fenómeno ha sido más recurrente. Además, más del 80% de los eventos han ocurrido durante los meses de verano, donde especies como la sardina común y la anchoveta, son las que han estado más asociadas a estos eventos, seguidos por algunas especies de moluscos y jaibas.
“Varios de estos eventos de varazones han estado asociados justamente con eventos de surgencia o afloramiento de aguas con bajo oxígeno, condiciones que se dan después que soplan fuertes vientos provenientes del sur, como lo que ocurre en los meses de verano”, explica Sebastián Sepúlveda.
Asimismo, un análisis científico más detallado realizado por el grupo de investigadores, ha demostrado que alrededor del 80% de los eventos de varazones ocurre justamente cuando soplan estos vientos del Sur o Sur-oeste. El estudio, fue complementado con información de las concentraciones de oxígeno en el agua de mar que han sido registradas por diferentes plataformas oceanográficas, como la boya POSAR que mantiene el Centro ANID, Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) al norte de la bahía de Concepción.
El Dr. Vargas, sostiene que esta es primera vez que una comunidad de científicos chilenos realiza un análisis interdisciplinario para saber cuál es la percepción de las comunidades de pescadores y acuicultores frente a estas varazones. “Las comunidades costeras tienen ya la impresión de que estos eventos de varazones han incrementado en frecuencia, pero que parecieran ser de menor magnitud, generando importantes impactos por pérdidas en el turismo, prohibiciones para salir de pesca, olores desagradables, entre otros efectos, lo que ocasiona importantes implicancias económicas para los afectados”, agrega el investigador SECOS.
Sin embargo, existe un alto porcentaje de la comunidad local que piensa que estos eventos de varazones podrían también estar asociados a la contaminación de las aguas costeras por las actividades industriales que se realizan en la región. Ante esto, Vargas explica que, “probablemente puede haber una mezcla de factores forzantes, como la contaminación y los eventos de surgencia. Un organismo marino, estresado o afectado por los contaminantes que se descargan en la costa, podría llegar a ser mucho más sensible a los efectos acumulatorios que pueden generar estas aguas de mayor acidez y con poco oxígeno, que ocurren durante estos eventos de surgencia o afloramiento en verano, y eso es algo que amerita ser estudiado en terreno y el laboratorio”.
Sistemas de observación costero
En vista de la naturaleza recurrente de estos fenómenos, y que las comunidades costeras perciben su incremento durante las últimos años, se hace relevante contar con sistemas de observación del océano, pero no sólo con fines académicos y lejos de la costa, sino también asociados a caletas de pescadores y centros de cultivos marinos, de forma que se transformen en herramientas que mejoren la capacidad de adaptación de las comunidades de pescadores y acuicultores.
En ese contexto, la Dra. Luisa Saavedra del ECCALab, se encuentra realizando un novedoso estudio financiado por un proyecto Fondecyt Iniciación, que contempla el monitoreo de una serie de variables ambientales utilizando sensores autónomos para medir, por ejemplo, la temperatura, salinidad, el oxígeno disuelto y el pH dentro de una concesión acuícola ubicada en la Bahía de Coliumo. En esta misma área geográfica se registró una importante varazón masiva de sardinas y anchovetas, durante el mes de febrero de este año, logrando ser el único grupo de investigadores que contó con datos ambientales medidos en la misma zona y que permiten de mejor forma atribuir causalidad a este evento.
En este mismo sentido, y en el marco de un proyecto Fondecyt Regular del Dr. Vargas, junto al Dr. Antonio Cuevas del Instituto Milenio SECOS, han desplegado además una serie de instrumentos que miden variables similares. Estos instrumentos están siendo instalados en áreas de manejo de diferentes zonas del Golfo de Arauco, como Punta Lavapié, Laraquete y Chome, con el objetivo de caracterizar las condiciones del ambiente para posteriormente trasladarse al laboratorio y realizar diferentes tipos de experimentos.
Para el grupo de científicas y científicos, la sustentabilidad de la zona costera requiere de esfuerzos inter- y transdisciplinarios, que contemplen además la co-producción de conocimientos donde no sólo los científicos levanten información que permita responder preguntas, sino que ocurra de forma natural a través de un proceso donde participen las comunidades costeras, pueblos originarios, y quienes puedan aportar con sus saberes a enfrentar estas problemáticas globales.
Estudios en la Región del Biobío, la zona con mayor cantidad de varazones en el país
Este estudio recoge datos de varazones en los últimos 20 años. Coronel es la comuna con más varazones registradas. En un estudio de percepción (N=20) complementario de Sebastián Sepúlveda realizado a pescadores y miticultores de la zona, se encontró que su principal afectación es por pérdida de recursos, prohibición de pesca, olores desagradables y pérdida del turismo. En la misma encuesta de percepción, las personas atribuyeron la principal causa de varazones a la contaminación, seguida de causas naturales y luego a aguas sin oxígeno. La región del Biobío cuenta con la mayor cantidad de varazones a nivel nacional.
En resumen, el análisis da cuenta de necesidad de hacer estudios integrados del océano costero con más variables, que consideren otros factores influyentes o gatillantes en varazones como floraciones algales, nutrientes de actividades antrópicas, migración de peces, fases lunares con influencia en mareas y marejadas, fases reproductivas de especies e irrupción de aguas cálidas.
“En ese sentido, contar con un centro de investigación de excelencia donde trabajan investigadores de diferentes disciplinas, y donde confluyen no solo biólogos marinos y oceanógrafos, sino también químicos, biólogos, geógrafos, ecólogos evolutivos, ingenieros, sociólogos, economistas, y cientistas políticos, nos permite abordar este tipo de problemáticas con otra mirada” explica Cristian Vargas.
Fuente: SECOS